«El no tiene razón», «¡No lo escuches!», «No es más que otro vendedor de tiempos compartidos”, “Sólo quiere tus metales preciosos”, “¡Tus valores son más importantes!», «Sólo va a traer ideologías corruptas y sífilis» (hice todo lo que pude).
NO me interesa que me despiertes cuando duermo en la playa para ofrecerme ojotas o en su defecto habanos; NO me interesa que me sigas media cuadra para invitarme a conocer un restaurante después de que te dije 5 veces que ya había almorzado; NO me interesa que me quieras vender agua fría cuando me estás viendo beber agua. La canción es siempre la misma. El éxito del verano me tiene harto.
Del 1500 al 2000 la esencia sigue siendo la misma. Los VENDEDORES AMBULANTES de la Corona Española y los contemporáneos de la playa son mucho más parecidos de lo que uno se imagina (no descansan hasta sacarnos toda nuestra plata).