Dale hasta la rotonda. Dobla a la izquierda. Al lado de la roca, tenés que girar a la derecha. Después bajas una escalera, caminas por un sendero semi oculto y ahí nomás, está ante tus ojos. Llegar fue un quilombo. Ver ese espectáculo, también.
En Palma de Mallorca hay cientos y cientos de calas. Dichas playitas son distintas unas de otras, algunas grandes, otras pequeñas y unas diminutas. Encontrarlas puede resultar complicado a veces, otras no tanto. Unas están señalizadas y las demás, solo son hallables mediante el diálogo con locales. La “posta” es única y puede simplificar horas de búsqueda de una aguja en un pajar (o una roca en medio de una cantera). Lo que si hay en todas, es una exuberante cantidad de seres humanos. Ahí arriba, por ahí y más allá también. Muchas tetas al sol. El topless puede ser hermoso, siempre y cuando haya lindos senos acompañando. Creo que hay una determinada edad, que por pudor y respeto visual para con el resto de los presentes, una señora debería ponerse la parte de arriba del bikini. Vi muchas tetas flojas, caídas y algunas arrugadas como pasas de uvas. Era entretenido. De golpe, vi algo aún más impresionante. Había un viejo directamente en pelotas frente a mí. Todo bien con el nudismo, ¿pero es necesario pararse a 3 metros delante mío, estando yo sentado sobre la lona a la misma altura de su chizito arrugado? No aguanté más. Me puse el snorkel y las patas de ranas y me fui a pasear con peces un rato. Esta imagen fue la primera que vi. Me vino ideal para borrar las pesadillas de un septuagenario con sus bolas colgando a metros de mi rostro. Aun en momentos feos, el destino puede encontrar la manera de volver a restaurar la paz y armonía. ¡Gracias!
Palmado en Palma cantando una de Vilma Palma.
♩ ♬Que pasa, que pasa, que no hay mas fernet con cola ♩ ♬