Increíble pero real. Poder pisar la nieve con mi tabla de ese mítico emplazamiento que fue testigo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Yugoslavia en 1984 fue tremendo. Es que era un icono en su época y del cual, uno veía únicamente alguna imagen en esos compilados deportivos que pasaban a las perdidas por Canal 8 de Mar del Plata. Era todo muy distante y borroso. El centro olímpico de Jahorina me transportó en el tiempo. ¡Si habrán pasado los años, que ese país ya no existe más! La montaña seguía inmutable. La nieve era la misma. La pendiente no cambió de forma. ¡¡PERO SI ESTÁS IGUAL!!