Hoy fue un día atípico. Mi compu se enfureció y dejó de andar. La llevé para que la arreglen a un mundo paralelo conocido como el barrio INDIO. Queda en medio de la zona antigua de bazares. Es que ahí todo sale más barato. La dejé un rato mientras la reparaban y me fui a dar una vuelta. El Souk era un enjambre de cosas, objetos y especias. Es que habitualmente uno no anda por esa parte de la ciudad y al verme más visitante que local (me delatan mis ojos verdes, lo admito), la muchachada de Mumbai comenzó a hostigarme con la venta compulsiva de lo que fuese. Relojes de imitación, trajes de casamiento, IPhones que aún no se lanzaron al mercado y el azafrán más barato del mundo. Al décimo que me arremetió con querer ensartarme con un Rolex de 20 usd, en lugar de mandarlo a la mierda, le dije que quería comprar un “paquetito de incienso”. Necesitaba los palitos de olor para vapulear las malas energías y purgar el ambiente de mi hogar (últimamente se me viene rompiendo todo). No lograba encontrarlos por ningún lado. Sorpresa fue la mía, cuando el vendedor ambulante me dijo que lo siguiese por entre callejones hasta el local de un conocido. Al llegar, me encontré con una perfumería escondida en una galería turbia con fragancias exorbitantes. El nuevo indio mandó a su socio a conseguirme los sahumerios de un “Templo Hinduista” que quedaba cerca y que, según él, era el único en todo el país. Me tomó por sorpresa, puesto que nunca vi a Lord Shiva frente al Burj Khalifa. A los 5 minutos ya estaba de vuelta el cadete con la encomienda. Me cobró 20 chirolas y durante la espera me convenció de venderme un perfume 60% más barato que en el Duty Free ya que este era un “tester”. Me quemó la cabeza hasta el punto en que le creí que eran versiones concentradas oficiales de muestra y que por eso, venían sin su respectiva cajita. En fin, salí caminando con los sahumerios, los dos perfumes (le compré uno a mi mujer también y reivindiqué el deme 2 de los 90’s menemistas) en busca de mi compu. Habré caminado 100 metros hasta que me topé con un SUPERMERCADO INDIO. Se me ocurrió mirar adentro y ahí nomás, había una estantería desbordada con más de 50 variedades de fragancias de amor y paz. TODO 3 VECES MÁS BARATOS DE LO QUE ME LO HABÍAN VENDIDO UN RATO ATRÁS.
Cuando voy a hacer los mandados, siempre vuelvo con alguna pelotudez que no tenía que comprar, como por ejemplo el suavizante para la ropa en lugar del ketchup o un pote de Nutella en reemplazo del destapa cañerías. Es que me disperso rápido. Hoy fui a arreglar la compu y volví con un paquete de sahumerios caros y dos perfumes con un sticker en su envase que lee: “Prohibida su venta”.