Baikonur, Khazakhistan.
Los empleados que trabajan en el Cosmódromo representan básicamente la población estable de esa ciudad aislada del resto del mundo. Tuve la oportunidad de conocer una escuela diferente. Única, diría yo. Sus hijos, tienen la posibilidad de acudir a una institución formativa con orientación en Ciencias Aeroespaciales. Caminando por sus aulas impolutas, pude observar que la gran mayoría de las materias estaban relacionadas con los cohetes, el cosmos y la ingeniería aerodinámica. Los promedios más altos, al terminar la secundaria, son becados directamente para acudir a la mejor universidad tecnológica de Moscú. Me imaginaba a esos adolescentes de quinto año organizando su viaje de egresados. Si llegasen a participar en “Feliz Domingo para la Juventud” ganarían absolutamente en todas las categorías habidas y por haber, le darían una lección a Silvio Soldan y humillarían al mismísimo Escribano Prato Murphy.
A Bariloche van por afano.