Uno va haciendo cosas a lo largo de la vida. Aprende, integra ideas y deshecha otras. Cambia de caminos, de carrera, de entorno, de pareja, de vida, etc. De eso se trata, de incorporar «cosas» a la mochila existencial. A mi me gusta vivir experiencias de todo tipo. De las más básicas a las más bizarras y ahí, entraba junto a otras, la de experimentar unos Juegos Olímpicos (donde fuese). Hoy cumplí ese sueño en Francia y sin lógica alguna, mientras observaba las acrobacias en barras paralelas, no dejaba de invadir mi mente aquella recordada publicidad marplatense que recitaba «Pará un hogar feliz, muebles París».
Así estamos.