Pensando y pensando, recordé que el primer tema que escuché de esa banda en mi vida fue “Highway to hell” con tan sólo 9 añitos en una lejana ciudad conocida como Doha, QATAR. Una década más tarde, terminé siendo perseguido por la policía en Capital Federal por estar realizando disturbios en la vía pública en las inmediaciones del Hotel Hyatt junto a otros “inadaptados”, con el fin de sacarnos una foto y conseguir un autógrafo de estos rockeros australianos, llegando incluso a terminar saltando unos arbustos y esconderme en el jardín de la embajada de NUEVA ZELANDA hasta que pude volver a asomar el pescuezo ante la partida de los “ratis”.
Una de esas casualidades bizarras, me hicieron ver que solamente dos semanas atrás venía de ese hermoso país y que junto a un ARGENTINO (que acababa de conocer e interpretar un recital en un barco en medio del Océano Indico) y a una guitarra criolla prestada (fabricada en CHINA y adquirida por una amiga CHILENA en VANUATU, ¡país Bizarro!) terminé en Fremantle, AUSTRALIA visitando la tumba del viejo BON, quien le dijo adiós a este mundo en una noche de borrachera allá por 1980 en INGLATERRA (¿realmente, estamos tan separados unos de otros?). Entre recuerdos de una infancia lejana y un amor por esos acordes fuertes y distorsionados, recordé aquel recital de marzo del 96′ en River, así como esa foto que hice imprimir en 40 x 60cm abrazado a ANGUS YOUNG y que aún sigue colgando en mi pared, para sentarme junto a una placa conmemorativa en la tumba del cantante original de una de las bandas más grandes del mundo y terminar tocando ese mismo tema que escuché por vez primera allá, en el GOLFO PERSICO.