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Cara a Cara

Como quien se pone en puntitas de pie y se asoma a mirar que hay del otro lado de la medianera. Algo parecido, pero con un poco más de vértigo. Es que estando parado justo en el borde de la caldera del volcán Erta Ale, sería lo más parecido a estar jugando a la ruleta rusa con la Pacha Mama. Que no se le remuevan los ovarios a la madre tierra porque reventamos en un segundo y nos derretimos inmediatamente todos en una fondeau maravillosa para la historia. Digamos que eso le pone un poquito de adrenalina a la situación. ¿No? ¿Me olvidaba de algo? Ahhh si, cuando cambie el viento, tratá de retroceder y tirarte al suelo porque si llegás a aspirar el gas toxico por más de 30 minutos te morís. ¿Algo más? Ahhhh claro, si te tirás al piso para esquivar el veneno invisible, asegúrate de apoyarte con el buso o la campera, porque la lava fosilizada es altamente filosa y corta fiero. Creo que con esas directivas vas a estar bien.

¿Valió la pena? Y, digamos que no todos los días uno tiene la posibilidad de pararse frente a LA PUERTA DEL INFIERNO.

¡Si, definitivamente valió la pena!