Hace no más de un año, el cartel que indicaba que uno se encontraba en el punto más alto del continente africano, era todo color amarillo. Este, estaba todo escrito por cada intrépido escalador, detallando en estos grafitis, el origen de cada uno, así como también, un mensaje para la posteridad. Al ver que lo habían cambiado por uno nuevo de fondo marrón, tuve que preguntar el porqué. Resulta que el partido político oficialista en Tanzania, tiene el color AMARILLO como distintivo fundamental. Por esto, los opositores, elevaron al congreso un petitorio para cambiar el color, como el resto de todos los demás carteles indicativos de los parques nacionales. “¿También se van a afanar el Kilimanjaro?” dijo uno de los voceros de las minorías representativas políticas ante la honorable cámara de diputados, antes de estallar en una catarata de agresiones de “todo color”. Mi interprete tanzano, medio riéndose y medio con vergüenza me dice: “Es difícil que lo entiendas, esas cosas solamente pueden pasar en un país como este…”.
REFLEXION: Un argentino está entrenado para entender, asimilar y descifrar lo que sea (somos todo terreno).
Mañana hacemos “desayuno” tempranito dijeron. Con mucha incredulidad, me desperté a las 7:00 am como todos los días, listo para buscar mi tecito con galletitas. El DESAYUNO es una expresión alpinista para denominar la escalada de esta imponente pared vertical, la cual, se encara bien tempranito, ni bien uno termina de enjuagarse la cara. A mí con un café con leche con dos medialunas me alcanzaba.
