Gr…Gra…Grund… ¡qué se yo, me doy por vencido!… Poder nombrar sin repetir y sin soplar alguna ciudad de Islandia resulta una tarea ardua y dificultosa, por lo que ya es mucho que uno pueda acordarse con que letra empieza cada lugar donde está parado para poder diferenciarlo del otro. La perfección social toma forma al poner pie en este país que cartográficamente, es lo más parecido a un herpes terrestre, debido a la cantidad de cicatrices geográficas que dejaron sus cientos de volcanes, cráteres, fosas termales y pozos de lava, que este grano gigantesco de la madre tierra no deja de supurar jamás con sus emanaciones de pus pachamamístico crónico.
Impronunciablemente hermoso.