Parece increíble que haya conocido 421 ciudades a lo largo de mi vida, pero que dentro de estas no se encuentren ni Londres ni Nueva York. “¿¡Como puede ser?!” Me exclaman indignados, viajeros ocasionales con los que uno se topa por la vida. Es que no se dio, que se yo… Son ciudades que uno ha visto hasta la infinidad en la tv, el cine, revistas y las fotos de 200 amigos que subieron a Facebook durante su último periplo al Viejo Continente. Es como que uno estuvo sin haber estado. No es que no vaya a ir nunca jamás, solo que antes tengo otras prioridades. Es que me gusta lo raro, lo fuera del circuito…esos lugares que todo te deslumbra por diferente y enigmático. Así conocí ciudades como Pyongyang, Ashgabat o Port Vila. Pero todo llega cuando tiene que llegar, ni antes ni después. Hay un momento para cada aprendizaje en este planeta. Y hoy fue ese momento.
Elemental mi querido Watson.