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Galeano

Luego el escritor comienza su trabajo. Que no tiene horarios ni rutinas fijas. Escribe sólo cuando le pica la mano. Es la mano la que decide, él no le puede dar órdenes. Esa extraña debilidad proviene de un día remoto, en un bar cubano, cuando Galeano apreciaba las maravillas que un negro genial le sacaba a su tambor. Eduardo se le acercó en un momento de la velada y le preguntó cuál era su secreto. Le respondió: «Yo sólo toco cuando me pica la mano». Se sintió representado Galeano por ese capricho artístico. Si no escribe con esa «picazón», todo lo que surge es un poco ortopédico. Si se obliga no sale nada verdadero, porque es a contracorazón. En cambio, cuando le pica la mano todo fluye.

A mí me pasa algo bastante similar pero cuando me pica el culo (es que no me puedo quedar quieto).

Dr. Bizarro