Creo que es una visita obligada para todo ser humano que habita este planeta. A veces toca saludar a la tía, otras al primo que hace mil no veías. Pero cuando se trata de tiempo, no hay excusa para no pasar a saludar a Lucy. ¡Ni aunque pasen tres millones de años!
Es que, ¡tataratataratataratataratataratataratataratataratataratatara abuela hay una sola!