La ciudad fantasma de Mirbat en Omán fue declarada como Patrimonio Mundial de la Humanidad. En ella, hace cientos de años, miles de barcos procedentes de India y China descargaban en sus mansas aguas sus cargamentos de especias para ser subidos a camellos y de ahí, proseguir luego su camino hacia Europa, en lo que sería conocido popularmente como “El Camino de la Seda”. Hoy en ruinas, con una energía única y un deleite para el amante de la fotografía (o sea yo), invita a pasear por sus calles desoladas y sus casas derruidas por el paso del tiempo.
Si esas paredes hablaran, te contarían historias increíbles.
Si ese pórtico tuviese memoria, te citaría a personalidades como Ali Baba y sus 40 ladrones o el explorador árabe Ibn Battuta.
Si esa vista al mar cantara, te seduciría eternamente con su voz.
La historia al palo. La cabeza a mil. Las vivencias no paran.