Una vez vivió un gigante que encontró en la veda del rio a un bebé que no paraba de llorar. Decidió levantarlo y ayudarlo a cruzar dicho flujo de agua. Mientras avanzaba con el mismo a “cococho”, se dio cuenta de que este era cada vez más pesado y casi casi que no llega. Una vez del otro lado, lo depositó en el suelo y se tiró a dormir porque estaba agotado. Al despertar, el crio no estaba más, pero en su lugar, había un montón de oro. Con la recompensa, el gigante construyó y fundó lo que hoy es la ciudad de Riga, Letonia.
Esta bueno que los pueblos recuerden a sus gigantes.
