Por qué será que unos nacen ricos y otros pobres. Unos sanos y otros enfermos. Algunos tienen fortuna en el amor y otros no dan pie con bola. Están los exitosos que todo lo que tocan lo convierten en oro y aquellos que entierran a una familia entera por sus errores. Están los lindos y también los feos. Hay gente que nace en países con mucho frío y otros en lugares con mucho calor. Están los de sobrepeso que no logran adelgazar y el flaco esquelético que se come una vaca entera pero no engorda nunca debido a su «genética». Están los que son muy inteligentes y los que son bien brutos. Hay muchos que son buenos para los deportes y también existen los «ojotas». Hay unos con limitaciones físicas y otros sin ellas, pero que se quejan igual por todo. Están los que quieren seguir viviendo, pero el destino les dijo basta, mientras que hay unos que perdieron el deseo de vivir, pero cada mañana se siguen levantando por inercia.
Pero lo que más me intriga es saber ¿por qué hubo algunos que nacieron y vivieron en una determinada época y no en otra? No es lo mismo tener 17 años en el 2019 que en 1944. No era igual vivir en Polonia que en Argentina en 1939. ¿Por qué vos naciste antes y yo después? ¿Por qué tu vida fue muy dura y la mía no tanto? ¿Por qué vos luchabas por seguir entero un día más y yo lucho por encontrar wi-fi?
La vida no es justa. Pero tampoco uno viene al mundo con un contrato cuya cláusula principal establezca que así sea. La vida no es justa, pero ¿dónde dice que debería serlo?
Hoy, desde el Cementerio Americano en Normandía, quiero desearles paz y una mejor experiencia en la próxima vuelta, a todos aquellos que nacieron en el momento equivocado, en el lugar incorrecto y bajo una época de mierda.
