¿Pensaste que alguna vez ibas a ir a la Antártida? Ni en pedo.
¿Creíste que irías no una, sino dos veces en esta misma vida? Ni de casualidad.
Si de chico mientras miraba “La Aventura del Hombre” por la tele, me hubiesen dicho que 30 años más tarde estaría en ese mismo lugar, los hubiese mandado a freír churros. Por momentos la vida se manifiesta más surrealista que Dalí.