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Te espero Milagros

Siglo IV. El monasterio de Geghard en Armenia no solo es una maravilla arquitectónica que se mantuvo inmutable a través del tiempo. En la cima de una montaña, pasando su entrada, un recinto cavado en forma de cueva, conduce a varias alas y recamaras del mismo. Los feligreses se agolpaban en una diminuta habitación, al fondo. En medio de la penumbra, desde una rajadura en la roca, un pequeño manantial brotaba desde las profundidades y buscaba su salida a lo largo del piso. Fanáticos religiosos, pasajeros ocasionales y curiosos en general, hacían cola para beber 3 sorbos (y solo tres) de esa agua que prometía traer el “milagro” . La gente esperaba. Es que ya iba por el medio litro. Esperando el milagro.