En una concesionaria de autos, husmeando, abrí el baúl de un 0km y terminé cabeceando el marco. El impacto fue tal, que terminé con la frente ensangrentada y medio mareado tirado entre Hyundais encerados. Un vendedor consternado, vino al rescate con un frasquito de café, diciéndome que era un cicatrizante natural. Empapado en Dolca, fui llevado a una clínica, donde el servicio de guardia me asistió inmediatamente.
Enfermero: ¿Que te pasó?
Al Memin: Me di un cabezazo contra un auto.
Enfermero: ¿¡Y porqué tenes la frente llena de café?!
Al Memin: Los empleados de la concesionaria me lo dieron, ¡indicándome que tiene efectos cicatrizantes!
Enfermero: ¿SIN CREMA NI AZUCAR?
REFLEXIÓN: ¿Tendrán edulcorante?